En alguna ocasión una maestra comprometida y conocida por sus alumnos como una mujer justa y comprensiva, al terminar la clase ese día de verano, mientras organizaba sus cosas, se le acercó un alumno en forma desafiante y le dijo: “Lo que mas me alegra de haber terminado el año es que no tendré que escuchar mas sus tonterías y podré descansar de verle esa cara aburridora...
El alumno en posición desafiante esperaba la respuesta descontrolada de ella... Y ella lo miró y le preguntó: Cuándo alguien te ofrece algo que no quieres ¿lo recibes? –el alumno desconcertado le respondió- claro que no!! Bueno -continúo ella- Cuando alguien intenta ofenderme, me esta ofreciendo una emoción, en este caso rabia y rencor, que puedo decidir no aceptar. Si me pongo furiosa estoy aceptándote lo que me ofreces, y en verdad prefiero ofrecerte mi serenidad. Muchacho: Yo no puedo controlar lo que llevas en tu corazón. Yo me hago cargo del mío y recibo solo los regalos que deseo.
Cada día, cada momento tienes la opción de decidir que emociones o sentimientos pones en tu corazón, y lo que elijas lo tendrás hasta que decidas cambiarlo. Es tan grande la libertad que nos da la vida que hasta tenemos la opción de amargarnos, o ser felices, ahora... Sonríe y sé feliz sin motivo alguno!!!
No Se donde encontré este cuento, supongo que en algunas de esas inmersiones interminables de Internet que sabes donde empiezas pero no donde acabas.
Me pareció una buena manera de empezar a poner cosas en mi blog. De a poco iré dándole más sentido supongo, soy nueva en esto y no puedo dejar de pensar en todo lo que quisiera contar.
Pero este texto es uno de mis favoritos, cuanta razón tiene la maestra sabia.
Muy bonito texto. Lo malo que de la teoría a la práctica hay un trecho y es necesario tener esta historia muy presente en la memoria.
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